Setiembre con Festival de ballenas y delfines
La Escuela Latinoamericana de Áreas Protegidas (ELAP) de UCI es participante.Los dos primeros fines de semana del mes de Setiembre, se celebra el segundo festival de ballenas de Costa Rica, en el Parque Nacional Marino Ballena, situado en Osa, dónde la ELAP estará presente para apoyar a la Fundación Mar Viva a realizar rondas de control y vigilancia, para así velar y motivar a las embarcaciones visitantes a cumplir con el reglamento para la Operación de actividades relacionados con cetáceos en Costa Rica, decretado en 2005.Esto debido al fenómeno natural en los cetáceos, de los varamientos o encallamientos, los cuales ocurren cuando uno o varios individuos nadan “intencionalmente” hacia la playa o quedan atrapados en aguas poco profundas, por efectos de la marea y, al estar imposibilitados para volver mar adentro, mueren.Además, el festival de ballenas, se realizará en este lugar, porque es un ejemplo de sitio ampliamente explotado por el turismo de observación de estas especies y por ser una zona con gran diversidad de cetáceos (se observan 22 especies de las 28 que se ven en el país).Se dice que esta zona es diversa en especies marinas por contar con una plataforma continental que baja ampliamente mar adentro, por lo que existen zonas muy profundas a corta distancia de la costa. Además, son de alta productividad costera, debido principalmente al manglar Térraba-Sierpe, lo que proporciona alimento sustancioso a los individuos que viven cerca del lugar. Adicionando a esto, se cree que las corrientes marinas cálidas del norte confluyen con corrientes marinas frías del sur, lo que proporciona una temperatura buscada por ciertas especies de cetáceos.Protegiendo los cetáceosCosta Rica posee un total de 28 especies de cetáceos (mamíferos marinos denominados ballenas, delfines, marsopas y narvales), lo que representa un 33% con respecto a las especies del orden a nivel mundial (85 especies).El problema es que, existen dos tipos de varamientos, los solitarios (1-2 individuos) y los masivos (más de 2 individuos), por lo que, se han propuesto varias hipótesis para explicar los varamientos, entre ellas está la presencia de infecciones por parásitos en el tracto respiratorio, el cerebro y el oído medio; infecciones bacteriales, estrés, provocado por alguna amenaza natural o humano, pánico a escapar de los depredadores (entre ellos los humanos), seguir a un individuo enfermo, fallo en sistema acústico.La captura incidental o enmallamiento de los cetáceos es otra amenaza fuerte para la conservación de los cetáceos. Esto ocurre cuando en la pesca se da captura de especies no deseadas, lo cual afecta a casi todas las especies de cetáceos, por lo que, algunas de estas, se encuentran asociadas a determinadas especies de atún, lo que provoca que la pesca sea responsable de los índices más altos de mortalidad de cetáceos, especialmente cuando se utilizan las llamadas “cortinas de la muerte”, o redes de pesca ilegales.En Costa Rica, la Fundación Promar se ha dedicado a atender casos de encallamientos y enmallamientos de cetáceos en las costas del país desde octubre de 1998. La mayoría de las causas que se han logrado determinar han estado relacionadas con infecciones virales y bacterianas, pero también han sido encontrados individuos acuchillados, mutilados, dañados por propelas o con redes enredadas en su pedúnculo caudal.La frecuencia de encallamiento de delfines y ballenas en Costa Rica muestra su mayor tendencia durante los meses de Julio a Noviembre, los cuales equivalen a la estación.Desde 1998 hasta el 2004 la Red Costarricense de Rescate de Mamíferos Marinos (RECORMA/PROMAR) había registrado en Costa Rica un total de 83 encallamientos, 26.5% de ellos catalogados como “Históricos” (anteriores a 1997) y 73.5% como “Recientes” (1997-2004), para un total de 336 animales.De ese total, el 9.6% fueron masivos y el 90.4% individuales. La especie de delfín Stenella coeruleoalba (delfín rayado) es la de mayor incidencia de encallamientos. Los meses del año con mayor frecuencia de encallamientos son agosto y octubre, especialmente en el Pacífico sur (de la Boca del Río Barú hasta Punta Burica) donde han aumentado considerablemente en los últimos dos.Fuente: UCI Noticias