Imaginá el siguiente escenario: terminaste tu carrera, tenés una Licenciatura que te respalda y te ayudará a conseguir un buen trabajo. Este es el final, para muchos, de su relación con el estudio. ¿Final feliz? Puede ser.
La Licenciatura paga bien, permite cancelar las cuentas y darse varios lujos. ¡Lo material está resuelto!
Pero, ¿Qué pasa en el ámbito intelectual? ¿Te sentís totalmente preparado en tu área de estudio? ¿Ya no te queda más por aprender? Y si mezclamos los ámbitos económico e intelectual: ¿Sos el profesional mejor preparado de tu área? ¿Tenés conocimientos especializados para obtener un puesto realmente atractivo y estable? ¿Qué tan distinta es tu preparación con respecto a la del resto de licenciados que se graduaron con vos?
Importancia de una Maestría
Con todo este panorama vale preguntarse de nuevo: ¿final feliz? Si tu respuesta fue no, es porque sabés de la importancia de seguir formándote académica y profesionalmente.
En la actualidad, es casi un requisito tener un Posgrado para optar por los mejores puestos. Este es uno de los motivos principales por los que los profesionales deciden cursar una Maestría, si sos un profesional graduado o un estudiante a punto de culminar tu licenciatura, y te interesa estudiar una maestría, aquí te damos una lista de factores a tener en cuenta a la hora de elegirla:
- Relación de la maestría con tu profesión actual: Si sos Licenciado y ya tenés algún tiempo de ejercer, debés pensar en cómo esa eventual maestría te ayudaría a mejorar en tu espacio laboral.
Tenés un título en Administración con énfasis en Contabilidad y Finanzas, por ejemplo, y un puesto en algún banco. Una Maestría en Banca y Finanzas sería entonces una buena forma de promocionar tu crecimiento profesional.
- Interés del estudiante por el área de estudio: Al matricular un Posgrado, muchos hablan de la pasión por lo que se estudia. Con este punto se demuestra que no importa solo el dinero o el ascenso que pueda significar la maestría.
Tenés que considerar si realmente tenés la vocación y el interés para invertir 2 o 3 años más de tu vida en una especialidad. La sed de investigación también es importante para quien decida aventurarse en una maestría.
- Cuidado al elegir una maestría “diferente”: Imaginá ahora que esa misma persona Licenciada en Finanzas optará por una Maestría en Psicología Clínica y Salud Mental, sin conocimiento previo de estas disciplinas.
Pensá en las consecuencias que esta elección conllevaría: sería muy difícil adaptarse a su nueva área de estudio y quizá requiera algún tipo de nivelación y hay que ser realistas: una Maestría de este tipo no ayudaría para nada en su formación en Finanzas, ni modificaría su situación laboral.
Es muy común que los estudiantes elijan una Maestría distanciada de su carrera inicial. Las consecuencias resultan bastante parecidas a las que te mostramos arriba.
- Becas y opciones en el extranjero: Especializarse en el extranjero es, para algunos, una fantasía inalcanzable.
Sin embargo, en muchas Universidades existen convenios con otras del exterior, incluso hasta becas. Los procesos cambian de un Centro de estudio a otro, así que si esta idea te llama la atención, te sugerimos que pidás información en tu universidad, para que averigüés qué posibilidades te ofrecen para continuar tus estudios en el extranjero.
Una maestría no deja de ser una inversión de tiempo y dinero, por lo tanto, es importante que la elijás sabiamente, y que como en toda buena inversión, pensés en los beneficios y en los contras que te puede generar en el futuro.
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