Es indiscutible que hay algunas carreras que son preferidas por los estudiantes sobre otras. Este fenómeno trae como consecuencia que se gradúen más personas de ciertas disciplinas y que empiecen a llenar el mercado de manera tal que los puestos de trabajo van disminuyendo para ellos.
Pero no te alarmés, lo primero que debés tomar en cuenta para elegir una carrera universitaria es que te guste lo que hacés; no tiene mucho sentido estudiar algo que no te hace feliz.Si la carrera de tu preferencia no tiene una buena salida al mercado laboral, hay varias opciones que queremos proponerte para que desarrollés esa carrera que te apasiona:
- Creá tu propio mercado: ciertamente no es el camino fácil, pero la innovación y el emprendedurismo pueden ser tus aliados en la generación de ideas creativas, novedosas, que te ayuden a generar un espacio inexistente en el mercado. Esto te dará ventaja sobre otros.
Te recomendamos leer el artículo "¿Tengo el espíritu emprendedor dentro de mí?" para conocer más sobre el emprendedurismo.
El proceso de emprender debe ir siempre acompañado de tu visión, paciencia, entendimiento del mercado y sus necesidades, compromiso y todas las ganas que le pongás a tus ideas. Recordá que la edad no es un impedimento para alcanzar el éxito, así que si vas con pies firmes y determinación cualquier proyecto que querás desarrollar es posible.
- Complementá tu carrera: ya sea que estudiés otra carrera relacionada con la que estás estudiando actualmente o que ya sacaste, o te especialicés en un tema poco explorado. Cualquiera de estas claves te dará una ventaja competitiva en el medio laboral y te harán más valioso para los empleadores.
Podés optar por cursos libres, un técnico o un diplomado que le den más peso a tu curriculum y te permitan ofrecer más conocimientos a un puesto de trabajo.
Aquí podés ver la oferta de técnicos y cursos libres que ofrecen todas las universidades públicas y privadas del país
- Sé el mejor en tu disciplina: decía un cantante que “hay muchos músicos, pero buenos, somos pocos”. No dudés en que la excelencia se premia. Si te toca concursar por un puesto donde hay varios candidatos, el mejor tendrá más posibilidades de obtener el puesto. Así que no te conformés con ser del promedio; preocupate por sobresalir, dar la milla extra, ser proactivo.
- Convertite en polilingüe: aprendé dos, tres y hasta más idiomas. Hay muchas empresas y oportunidades de negocio que podés desarrollar si tan solo hablaras un segundo o tercer idioma. No te perdás la oportunidad de explorar el mercado de otros países.
- Buscá otro horizonte: el mundo es muy grande para pensar que sólo tenés posibilidad de surgir y trabajar en tu país de origen. Hoy en día, hay empresas alrededor del mundo que buscan personas dispuestas a trabajar en otras latitudes. Si este es tu caso, enfocate en buscar la oportunidad, subí tu currículo a plataformas de empleo, establecé contactos y tal vez, más temprano de lo que te imaginás, estarás haciendo maletas para viajar y trabajar en lo que te gusta.
- Fortalecé tus soft skills: desde hace unos años para acá, las empresas están valorando grandemente otras cualidades de los colaboradores que no son precisamente académicas. Son las llamadas soft skills o habilidades blandas. Estas son competencias más conductuales, por ejemplo: liderazgo, coherencia, autenticidad, responsabilidad personal y social, pasión, proactividad, capacidad de reflexión, humildad, empatía…
Como ves, estas son características que no se aprenden necesariamente en las aulas, así que poné mucha atención, pues quizás tus soft skills hagan la diferencia en una entrevista de trabajo o en un empleo.
Hay muchas posibilidades de enfrentar la saturación del mercado laboral. El cambio tiene mucho que ver con tu actitud, tu pasión, tu motivación. ¡No te desanimés ante las circunstancias!