“Me siento muy viejo para estudiar"

Si te identificás con este título, probablemente sea porque no sos el único que alguna vez lo pensó. De hecho, dentro de las consultas que recibimos en Universidades.cr es común recibir algunas relacionadas a este tema, pero ¡no te preocupés!

Queremos iniciar con esta frase del escritor Mark Twain, la cuál dice que:

“La edad es un tema de la mente sobre la materia. ¡Si no te importa, no importa!”. 

De esto podemos aprender que la vida es una cuestión de actitud y no de edad.

¡Vos mismo te ponés los límites! Muchas veces, por diversas razones, no se empieza a estudiar a la edad que se tenía planeado, y conforme pasan los años, las responsabilidades y el estilo de vida consume la mayor cantidad de nuestro tiempo. Cuando nos surgen las ganas y las posibilidades para retomar los estudios llegan inseguridades relacionadas a la edad y la capacidad de sobrellevar una carrera.

¿Para quién es la Universidad?

Te comentamos que a nivel general en todas las universidades existe un alto porcentaje de estudiantes que vienen saliendo del colegio, pero existe otro porcentaje representativo de estudiantes que va desde los 20 hasta los 45 años, ¡incluso más!

Las aulas de las universidades son diversas no solo por el simple hecho de la diversidad humana, sino también por las edades.

Estudiar en la etapa adulta tiene muchos beneficios

A continuación te mencionamos algunas de las ventajas que Marta Corrales, Dra. en Psicología, menciona sobre estudiar en la etapa adulta:

• El adulto ha desarrollado mayores niveles de independencia personal a la hora de realizar tareas, y esto es una ventaja, ya que, los estudios universitarios requieren autonomía e independencia en el aprendizaje.
• El estudiante adulto está muy motivado y esos motivadores estimulan y profundizan su aprendizaje.
• El estudiante adulto está orientado a resultados y dispone de poco tiempo para estudiar. Y esto es una ventaja porque las personas rendimos mucho mejor cuando tenemos plazos y poco tiempo para terminar nuestras tareas.
• El estudiante adulto tiene una ventaja cognitiva: asimila y comprende más rápido y mucho mejor la información abstracta (que abunda en los estudios universitarios).
• Las experiencias vitales del estudiante adulto también ayudan.

Por si fuera poco, te queremos mostrar ejemplos que a nosotros nos llenan de motivación y orgullo, para que te motivés a empezar o retomar tus estudios! Conocé los testimonios de algunas personas que cuentan a Universidadescr su experiencia de empezar a estudiar en la etapa adulta:

• Douglas Román, Licenciado en Administración de Empresas (Noviembre, 2016) Actualmente tengo 43 años, e inicié noveno año por madurez cuando tenía 34 años y luego seguí con el bachillerato. A los 39 años inicié el Bachillerato en Administración de Negocios con énfasis en Mercadeo y continué con la licenciatura, me faltan dos materias para obtener el Bachillerato en Ingeniería Industrial. Ir a la universidad en una etapa de vida madura es un plus, la materia se mira con otros ojos y el tiempo se aprovecha y aunque no se crea, los jóvenes ven en uno una sombra frondosa donde ampararse. Uno puede escoger llevarla fácil en la vida y pasarla difícil al final o pasarla un poco difícil al inicio y fácil al final de la vida.

• Olga Carvajal, Licenciada en  Administración Educativa (Noviembre, 2016) Inicié a estudiar el bachillerato universitario a los 49 años. Entre las ventajas que se tiene a esa edad fueron, el aprendizaje y el compartir con gente joven, que transmiten energía para seguir adelante. Les diría que el que persevera alcanza, y que hay que luchar por los sueños. Toda persona tiene capacidades y habilidades, que le permiten salir adelante si se lo propone.

• Mercedes Castro, estudiante avanzada en la carrera de Orientación (Noviembre, 2016) Inicié la universidad a los 44 años cuando pensé en tener una estabilidad económica en el futuro, ocupar un puesto que ayudara a otras personas que se encontraban desorientadas en su futuro como yo. Mi mayor motivación son mis hijos, necesitaba sacarlos adelante, ya que acababa de pasar un duelo (divorcio). Proyecta la oportunidad de tener una mejor economía y desarrollarse como profesional y como persona

¿Seguís pensando que sos muy viejo para estudiar? ¡Nada de eso! Adelante, cumplí esos proyectos de tu vida!

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