“A partir de este momento, cuenta con 30 minutos para realizar su presentación”. Con toda seguridad habrás oído palabras como estas más de una vez cada fin de cuatri, cuando tenés que exponer tu trabajo final.
A todos nos ha sucedido en más de una ocasión, así que, tranquilidad, no tenés que entrar en pánico si te ves en la necesidad de hablar frente a todos en el aula, en tu trabajo, o incluso hasta en un chivo, acto cívico o presentación cultural.
La cuestión de manejar bien el tiempo a la hora de exponer podés resolverla fácilmente.
Tomá nota de los tips que te compartiremos en este artículo.
1. Asegurate de dominar el tema de la exposición: leé, investigá y estudiá desde varios puntos de vista. Conversá con compañeros y colegas; escuchá diferentes opiniones para que podás formar tu propio criterio.
2. Organizá la información: en secciones y asigná una cantidad de tiempo para cada uno de los apartados.
3. Prepará una presentación audiovisual: con frases o palabras clave que te vaya dirigiendo a lo largo de la presentación (podés utilizar herramientas para presentaciones como Power Point, Pretzi, Canva o cualquier otro sistema con el que te sintás cómodo).
4. Ordená esas ideas principales: de forma lógica, de manera que una idea te vaya guiando hacia otra. Haciendo esto no te extraviarás y, por supuesto, no perderás tiempo tratando de ubicarte.
5. Practicá frente a un espejo y con reloj en mano: Practicá tantas veces como sea necesario, hasta que estés seguro de no estar sobrepasando el tiempo que asignaste para cada aparado de la exposición.
6. Llegá temprano: para que podás conocer el lugar, preparar los materiales y el equipo que vas a utilizar.
7. Sé vos mismo: expresate con naturalidad. No tratés de imitar a otras personas.
8. Interactuá con la gente: te ayudará a desarrollar el tema con más fluidez; podés hacer preguntas tipo: ¿me escuchan bien atrás?, ¿me estoy explicando?, "si tienen dudas o comentarios lo podemos ver al final", etc.
9. Si te equivocás, no entrés en pánico; solo hacé una pequeña pausa, reconocé y corregí tu error relajadamente...mostrale al público que no estás ahí jugando de ser un sabelotodo.
Posiblemente estarás pensando que “del dicho al hecho hay mucho trecho”...y con razón lo pensás porque así es. Pero, precisamente por eso no olvidés que en el 100% de los casos de oradores exitosos... ¡fue la práctica la que hizo al maestro!