Una vez que salís del colegio e ingresás a la universidad, te das cuenta de que el nivel de exigencia es muy alto. Por ello, es común que al inicio te sintás intimidado y hagas cambios en tu horario para manejar adecuadamente los cursos. No obstante, muchas veces la ansiedad provoca que estés abrumado y cansado gran parte del día.Esta situación es peligrosa, en especial, si no controlás tus emociones, pues dominarán tu ánimo. Además, al permitir que tus niveles de tensión aumenten, te enfrentarás al síndrome de burnout. Esta condición es un estado de estrés prologando y severo, causado por la carga de estudio o trabajo que tengás; es decir, como su significado en inglés, te sentís “quemado” (burn) o agotado física y emocionalmente.¿Cuáles son los síntomas?Actualmente, la sociedad vive bajo un estrés latente. La velocidad y la exigencia en cualquier área acrecientan enfermedades relacionadas con la ansiedad, como el insomnio o la gastritis. Dentro de este torbellino, la universidad puede ser difícil si no controlás tus actitudes y, en este sentido, el burnout se refleja principalmente en tres casos:Desmotivación: se percibe que todos tus esfuerzos no valen la pena, dado que existe la impresión de que nunca serán suficientes.Despersonalización: disminuyen los pensamientos positivos. Se concentra tanto en los problemas que se dejan de lado las posibles soluciones y, en general, la persona se vuelve conflictiva y negativa.Agotamiento físico: el cansancio emocional también afecta el cuerpo, por lo cual la falta de energías o los dolores musculares son señales claves.¿Cómo podés evitar el burnout?Ahora bien, a pesar de que en algún momento experimentés estos síntomas, debés saber que existen soluciones sencillas. A continuación, te daremos una serie de consejos que te ayudarán a controlar tus emociones y te permitirán aprovechar tu tiempo.
- Conocé tus fortalezas y debilidades: es vital que descubrás cuáles son tus habilidades y las áreas que más necesitás trabajar. Así, serás capaz de identificar los ambientes adecuados para vos, tanto en tu vida personal como en tu desarrollo académico.
- Autocontrolate: como consecuencia de tu autoconocimiento, podrás controlar tus impulsos y lograr una mejor actitud ante momentos donde tu carga académica o laboral aumenta.
- Buscá un equilibrio: aunque dediqués mucho tiempo para tu estudio o trabajo, el exceso no es sinónimo de calidad. Cuando aprovechás al máximo un horario moderado, tendrás la oportunidad de despejarte y realizar actividades que disminuyan el estrés, como dormir, salir o hablar con tus amigos.
- Relajate: gracias a ese balance diario, podrás buscar momentos de tranquilidad. Si bien tus obligaciones pueden acaparar la mayoría de tu día, debés crear pequeños espacios donde dejés a un lado tus preocupaciones y te tranquilicés.
- Ejercitate: una excelente manera de relajarte es realizar algún tipo de ejercicio como mínimo tres veces a la semana. Así, podrás liberar una gran cantidad de estrés, te sentirás mejor y tendrás más energía diariamente.
- Comunicate: en la universidad encontrarás compañeros que comparten tus mismas habilidades o, incluso, preocupaciones. Por esta razón, es importante que compartás con ellos y hablés de tus experiencias; de esta manera te darás cuenta que tienen estados de ánimo similares y podrán apoyarse mutuamente.
- Crea un buen espacio de estudio: la comodidad es fundamental para un buen desempeño, por lo cual el lugar donde realizás tus labores debe ajustarse a tus gustos. Al contrario de un espacio opresivo, una habitación o un escritorio confortable te otorgarán la tranquilidad necesaria para estudiar.
¡Aplicá estos consejos! Te darás cuenta que, sin importar el nivel de exigencia, podrás contar con buenos hábitos para disfrutar tu etapa universitaria y superarla con grandes éxitos académicos.