¿Cómo sobrevivir a la comida chatarra?
Talvez pasaste el día entero en el cole o en la U y tenés tremenda hambre. El primer impulso es comer algo rápido y barato y eso ocurre, generalmente, varias veces a la semana.En este juego de sobrevivencia, los restaurantes de comida rápida parecen la solución perfecta: siempre hay uno cerca, son baratos y nos dan suficiente para sobrevivir las siguientes tres horas con la panza contenta. Y por comida rápida podemos entender no sólo las versiones importadas, sino el chino de la esquina y las ventanas donde venden tacos ticos y empanadas arregladas.No hay nada malo con eso y nadie se va a morir por bajarse una hamburguesa con Coca o una empanada de pollo salvadora en los quince segundos antes de entrar a clase una vez a la semana.El problema es cuando se nos convierte en hábito almorzar esto, porque las consecuencias para el cuerpo y para el bolsillo pueden ser acumulativas y devastadoras.Aunque los lugares de comida rápida tienen la reputación de ser más baratos, el plato del día sale más barato que muchos combos.La comida rápida contiene más de la mitad de la energía que necesitamos en un día: sumada a las otras comidas que hacemos, nos vamos a encontrar cargando toda esa energía extra en una buena reserva justo encima de la cintura de los jeans.Las salsas a base de huevo, mantequilla, natilla y manteca se convierten en colesterol, lo mismo que el aceite extra que viene en las cosas fritas y empanizadas.Las comidas rápidas tienen más sal, porque el sodio ayuda a preservarlas por más tiempo. Además, se les agregan químicos para aumentar su sabor y darles colores apetitosos y estos químicos, consumidos en exceso, pueden crear adicción o incluso alterar el sentido del gusto.Lo mejor es alternar las opciones para incluir comidas preparadas con ingredientes frescos, disminuir el consumo de salsas, acompañar alguna que otra comida con agua o un refresco natural (la cosa roja con hielo que da vueltas en una máquina plástica no cuenta como un refresco natural). Comete un casadito saludable en el camino o buscá una ensalada preparada. Vale la pena.