Prestá atención al siguiente caso hipotético. Es el primer día de clases. El profesor se presenta, escribe su nombre y correo en la pizarra. Indica, también, cuál es su oficina y su horario de atención. Los estudiantes apuntan los datos.Avanzado el cuatrimestre, un estudiante se prepara para uno de los exámenes. En eso, le surge una duda que no es aclarada por ninguna de las fuentes del curso, mucho menos por internet. Decide preguntarle a alguno de sus compañeros, por chat o por teléfono, pero este se encuentra igual de dudoso. El estudiante sabe que es muy tarde para escribirle un correo al profesor, la única persona capaz de aclarar su duda. El examen es al día siguiente.Si alguna vez has estado en esta situación, es posible que pasaras por alto uno de los datos que te dio el profesor el primer día de clases: su horario de atención al estudiante. Casi nadie aprovecha este espacio de atención, tal vez por timidez, o por miedo a molestar al profesor. Es importante que recordés que las funciones del profesor, durante su horario de atención, son las mismas que en el aula.A continuación, te damos una serie de consejos para que aprovechés al máximo el horario de atención de los profesores:
- Ve al día con tus estudios y tareas. Así las dudas te surgirán a tiempo y no el día antes del examen o la entrega, como en el caso hipotético que señalamos.
- Llevale dudas concretas. Tampoco pretendás que el profesor te aclare todos los contenidos del curso en el horario de atención o que adivine qué es lo que no te quedó claro. Marcá todos los conceptos desconocidos y los temas difíciles. Hacé una pequeña ficha con las dudas y preguntas que querás hacerle al profesor.
- Si sentís que el material con el que contás no es suficiente para tu investigación final, por ejemplo, podés aprovechar el horario de atención para solicitarle bibliografía o fuentes adicionales.
- Si tenés, por el contrario, una bibliografía excesiva para alguno de tus proyectos y sabés que no podrás leerla toda, el profesor puede decirte, en su horario de atención, cuáles de esas fuentes te serán más útiles.
- Si tenés alguna situación especial o delicada en tu familia, trabajo o vida personal, que esté afectando tu desempeño en el curso, el horario de atención es el mejor escenario para hablar de esto con el profesor.
- Si sabés que no podrás asistir a un examen o entrega, por algún asunto inamovible de tu agenda, es mejor que se lo hagás saber al profesor personalmente, en su horario de atención y no vía e-mail. De esta forma, es más sencillo, para ambos, acordar una eventual reposición.
En el último consejo hay una idea muy importante que aplica también para el resto: la necesidad de disminuir la comunicación vía e-mail y aumentar el trato cara a cara con el profesor. Pensalo: es más fácil para él recordar una cara que una dirección electrónica. En cuanto a inmediatez y efectividad, la palabra le gana, por mucho, al click. Así que ya sabés, ¡aprovechá los horarios de atención!